Según el Libro Tibetano de la vida y de la muerte de Soygal Rimpoché, la mayoría de los seres no permanece en el bardo kármico del devenir; el estado intermedio entre la muerte y el nuevo nacimiento, más de cuarenta y nueve días.
Durante los 21 primeros días del bardo se conserva una poderosa impresión de la vida anterior, y por tanto es el periodo más importante en que los vivos pueden prestar ayuda al muerto.
Los primeros días son cruciales para tener una reencarnación favorable. Este es un momento importante para rezar por quienes mueren. Nuestras oraciones son como faros que los pueden guiar hacia una reencarnación auspiciosa.
¿Rezas alguna vez por aquellos que han muerto? Los conozcas o no, tus oraciones y buenos deseos hacia las personas fallecidas son cruciales para que su tránsito sea luminoso y fávorable.
Es importante dedicar unas líneas, una oración, encender una vela o simplemente tener la buena intención de enviar luz a todas esas almas que están desencarnando todos los días.
No importa cual sea tu religión o si no tienes una religión: tu intención y tu oración es poderosa, úsala bien.
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