Las brujas no se quejan- JEAN SHINODA BOLEN

FECHA


¿Has oído hablar alguna vez del concepto de anciana interior? Muchas veces oímos hablar de nuestro niñ@ interior, de escucharlo, de mimarlo, de darle aquello que le fue negado… hay muchas terapias que se centran en darle voz a nuestros niñ@s interiores. Sin embargo, quiero contarte algo diferente, que he descubierto a raíz de investigar sobre los ciclos de la mujer y las diferentes fases por las que pasamos cada mes en nuestros ciclos menstruales que se reflejan en cuatro poderosos arquetipos: la chamana, la anciana, la doncella y la madre. (Te recomiendo “Luna Roja” de Miranda Gray para más información)

En este artículo quiero profundizar en el arquetipo de la anciana, que representa tu voz más sabia, tu yo superior hablándote desde la sabiduría ancestral de nuestras abuelas. Siento mucho la presencia de mi abuela acompañándome últimamente, por eso he incluído una foto suya con mi abuelo ¿Qué se estarían diciendo? ¿Por qué estarían brindando?

“Las brujas no se quejan” de Jean Shinoda Bolen, libro que te recomiendo, nos invita a reflexionar sobre 13 cualidades que caracterizan a las mujeres experimentadas y sabias. 

“Quejarse es una actitud que bloquea el desarrollo espiritual y psicológico. Lamentarse impide la comunicación genuina”. En cuanto observes que te estás quejando, significa que has dado comienzo a la escucha de tu sabiduría interna, observándote ahí significa que ya eres consciente y que estás comenzando el cambio. Adoptando este punto de vista desde tu anciana interior, nos vemos y vemos a los demás desde el ámbito del alma, en vez de desde el ego. 

La autora afirma que la anciana interior es un arquetipo que se encuentra latente en la psique de todo el mundo; de mujeres, hombres e incluso niños y niñas. “Esta presencia sabia de la pique madurará cuando confiemos en la existencia de una anciana en nuestro interior y comencemos a escucharla”

¿Comenzamos a escucharnos? Aquí te presento las 13 cualidades que caracterizan a nuestras ancianas interiores:


1. Las ancianas no se quejan.

Lamentándote no eres capaz de vivir el presente, muestras tu incapacidad para mostrar gratitud por lo que ya posees y eso te impide estar en el presente… Como bien dijo John Lennon “La vida es aquello que te va sucediendo mientras estás ocupado haciendo otros planes” a lo que yo añadiría, haciendo otros planes o lamentándote de los planes que sucedieron o no en el pasado. 

Es importante amar lo que es, aceptar las cosas negativas de nuestra vida con nuestra mejor sonrisa y seguir hacia delante, porque sinceramente, las conversaciones con personas que se quejan nos agotan a todos y todas.

Debemos evolucionar desde la posición de víctima a la de heroína y el cambio comienza mediante la introspección. “Con un poco de olfato, humor y sabiduría, no nos dominará la queja”.

Jean Shinoda Bolen propone una pequeña meditación muy sencilla cuando la queja de aqueje… el formato me ha recordado mucho a las meditaciones de Thich Nhat Hanh.

“Respira despacio y presta atención a tu respiración . Escucha las palabras que te diría la anciana (mientras al mismo tiempo te las repites a ti misma, o bien las piensas) y luego escucha lo que dice ella de sí misma.

Inspira. Eso forma parte del pasado.

Espira. Esto es el presente.

Inspira. Yo soy.

Espira. Paz.”


2. Las ancianas son atrevidas.

Una anciana es una mujer madura con entusiasmo, pasiones y alma” En este capítulo, la autora y psiquiatra junguiana Jean Shinoda Bolen, nos invita a desarrollar nuestras pasiones, sin importarnos lo que piensen los demás, sin buscar su aprobación y aceptando su rechazo y desaprobación. Atrévete a ser tú misma, el secreto está en tu interior. 

Lo más importante es ponerse en primer lugar para dejar de ser esa persona que los otros quieren que uno sea. Es preciso despertar y entender que el poder está dentro de nosotros y no en la aprobación de los demás. Cuando uno tiene fe en sí mism@, automáticamente empiezan a crecer sus talentos interiores y se empieza a sentir feliz.


3. Las ancianas tienen mano para las plantas.

“Si te encanta la jardinería o cualquier otra cosa que te llegue al alma, pierdes las noción del tiempo y el momento presente te absorbe”

Jean Shinoda Bolen,  nos invita a varias cosas en este capítulo, por un lado a tomarte un tiempo interior cuando comienzas una nueva etapa de tu vida y por otro a establecer un límite alrededor de tu jardín. Debemos construir unos límites sólidos que protejan nuestro propio tiempo, nuestro propio jardín, ya que muchas veces los demás dan por sentado que pueden entrometerse en nuestra vida priorizando sus necesidades.  “El jardín que somos nosotras es el que necesita disponer de buena mano para las plantas y de vallas muy resistentes”.


4. Las ancianas confían en los presentimientos.

Desarrollamos la intuición a través de las experiencias que vamos viviendo en nuestras vidas. Una mala experiencia nos da una buena dosis de sabiduría, por eso es importante acogerla y abrazarla para aprender de la lección que se encuentra detrás de cada una de nuestras experiencias. Ya lo decía Isabel Allende: “La experiencia era aquello que aprendiste justo después de necesitarla”.

Al ir madurando una mujer sabia se conoce a sí misma y es capaz de prestar atención a las señales y mensajes que provienen de su interior


5. Las ancianas meditan a su manera.

“Si te gusta disfrutar de tu propia compañía, valoras el tiempo que pasas sola y descubres, a medida que envejeces, que pareces haberte vuelto más introvertida, es muy probable que hayas estado practicando tu propia forma de meditación”.

Meditar es estar presente, con la mente tan enfocada en lo que está ocurriendo que la sensación del tiempo no existe en ese momento. El tiempo se detiene y los problemas también. Relamente no importa lo que hagas, puedes estar en posición de loto, en silencio, con los ojos cerrados…. o puedes estar corriendo, caminando, recortando… siempre que tu mente está conectada y presente estás meditando.


6. Las ancianas defienden con fiereza lo que más les importa.

Una anciana es una mujer que ha descubierto su voz. Sabe que el silencio es consentimiento” “Su fiereza nace en su propio seno, le infunde valentía y la convierte en una fuerza temible”


7. Las ancianas deciden su camino con el corazón

Elegir un camino significa abandonar el otro. Cada decisión fundamental posee sus propias y concretas características: lo concreto difiere, pero lo esencial permanece igual. Hemos de conocernos a nosotras mismas y saber en todo momento qué es lo que nos importa con el fin de elegir sabiamente” 

En este capítulo Jean Shinoda Bolen menciona a Carlos Castaneda  y su libro: “Las enseñanzas de Don Juan”. Recojo aquí un extracto del mismo:

“Observa cada camino detallada y deliberadamente. Hazlo tantas veces como sea necesario. Entonces te debes formular una pregunta. Es una pregunta que solamente se plantea la gente mayor. Mi maestro me la enseñó cuando yo era muy joven y mi sangre demasiado vigorosa para que la pudiera entender. Ahora la entiendo. La pregunta es: “¿Ese camino tiene corazón?”.

… Si lo tiene, el camino es bueno; si no, es inútil.

Los caminos no llevan a ninguna parte, pero unos tienen corazón y los otros no.” 

Reflexiona bien cuando tengas que tomar una decisión, si te encuentras en un cruce de caminos, te invito a que escojas aquél que tiene corazón y que tengas la valentía de seguirlo. 


8. Las ancianas dicen la verdad con compasión.

En España hay un dicho que dice “Di la verdad y perderás a un amigo”, sin embargo, Jean Shinoda Bolen nos anima a que digamos la verdad, las verdaderas amigas se dicen la verdad, porque la verdad nos ayuda a crecer, aunque duela. 

Muchas veces no nos pronunciamos y no decimos lo que verdaderamente pensamos por una cuestión de educación y es que es un verdadero desafío mostrarse sincer@ y a la vez ser compasiv@. 

La autora nos invita a observar primero y escuchar de verdad lo que nos cuentan, preguntarnos si deseamos intervenir en la conversación, si actuamos por educación o por cobardía… “La sabiduría de la anciana interior está en saber cuándo hay que hablar y qué hay que decir”

Las ancianas se valoran a sí mismas y valoran sus relaciones, construyen relaciones honestas, profundas y auténticas. Reflexiona sobre tus relaciones ¿hay alguna de tus amistades que te deja vacía, hay alguna que te manipula, que te hace sentir mal? Si es así, abandona, tu tiempo es limitado, donde pones tu atención pones tu poder, prioriza tu energía y aprende a decir “No gracias”

Por experiencia propia, te digo que lo hagas, di la verdad y perderás un amigo que no debía ser tal… de esta manera haces espacio a otras nuevas relaciones. Te aseguro que funciona. 

“La verdad os hará libres” dijo Jesús ( Juan 8:31-38)

Es cierto que la verdad nos libera.

“Nunca es lo que sucedió, sino el modo como reaccionamos ante lo que ocurrió lo que importa. Oculto en forma de secreto, te conviertes en una víctima, sola con tu sufrimiento. Cuando encuentras el coraje suficiente para decir la verdad, empiezas a liberarte del pasado que antes te retenía como un rehén. Las ancianas tienen por costumbre decir la verdad”


9. Las ancianas escuchan su cuerpo.

“Una anciana escucha su cuerpo como si fuera la extensión de su psique”, al observarnos y escucharnos somos conscientes de los mensajes que nos da el cuerpo, muchas veces en forma de pequeñas molestias que a veces no prestamos atención, pero al escucharnos, esa consciencia sobre el propio cuerpo nos lleva a buscar una respuesta a la pregunta ¿qué está pasando realmente?

Aprovecho para recomendarte un libro muy bueno para profundizar en este tema, es de Louise L. Hay “Usted puede sanar su vida”.


10. Las ancianas improvisan.

 “La flexibilidad, el ingenio, una buena salud, amigos, la capacidad de aprender y seguir creciendo, sentirse necesaria o prestar algún servicio, poseer intereses cautivadores, junto con la capacidad de disfrutar solas, son cualidades que nos ofrecen la oportunidad de improvisar una buena vida”


11. Las ancianas no imploran.

“Desear complacer es normal. No obstante, estar dispuesta a implorar supera en mucho al querer complacer. Si nos aman, nos aceptan y nos tratan bien, no imploramos; actuamos con naturalidad y espontaneidad

Las mujeres que entran en la menopausia a menudo reviven sentimientos que tuvieron en la época del instituto porque la menopausia guarda similitudes con la adolescencia, es un periodo hormonal y fisiológico de transición e incertidumbre en el que la inseguridad sobre el propio atractivo vuelve a asomar la cabeza.


12. Las ancianas se ríen juntas.

“La alegría es la expresión espontánea de la libertad y la celebración”. Cuando las mujeres maduras se reúnen, es probable que rían hasta que les salgan las lágrimas, una risa en la cual las endorfinas, las moléculas de la emoción, sanadoras y procuradores de bienestar, fluyen.

Desde aquí te invito a que te reúnas con personas que te hagan reír, que acudas a círculos de mujeres donde puedas ser tú misma sin filtro y sentirte cómoda para expresar tus emociones.


13. Las ancianas saborean lo positivo de la vida.

Las ancianas son expertas en reconocer los buenos momentos que nos ofrece la vida y dar gracias por ellos. 

Poseer una actitud de gratitud es de sabios. La vida es un regalo, es un milagro estar vivos, por eso cada mañana agradece a la vida por regalarte un día más, si te olvidas, escríbelo en el espejo de tu baño: “Doy gracias por estar viva”.

“Cuando estás agradecido, el miedo desaparece y aparece la abundancia”.Tony Robbins

El estar agradecidos por lo que tenemos también cambia automáticamente nuestra vibración. Siempre hay motivo para estar agradecido.


Si has leído hasta aquí te doy las gracias de todo corazón❤️, he querido hacer una interpretación de este libro que me ha ayudado a reflexionar sobre mi anciana interior y espero que te haya aportado valor.

Mi esperanza es que el lector encuentre en este blog una fuente de técnicas, herramientas y sabiduría que le permitan sentir, tomar decisiones y vivir con la libertad, la paz interior y el amor que es patrimonio de todos los seres humanos.



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